Uno de los aspectos que contribuyen en mayor medida a la generación de autoconfianza es el sentido de progreso, elemento que por obligación deberíamos aprender a festejar todos a partir de cada pequeño logro obtenido en nuestras vidas.
Lamentablemente esto no suele ser así, ya que en general hemos crecido bajo el yugo de un modelo educativo diseñado para hacer que sean otros los que ponderen y reconozcan el valor de lo que vamos consiguiendo a cada momento de nuestra existencia, cayendo con ello en una humildad mal entendida la cual lejos de nutrirnos, nos despoja de la sensación legitima de éxito.
Quienes nos encontramos inmersos dentro de los campos emergentes del desarrollo personal como el Coaching y la Psicología sabemos que el reconocimiento de logro tiene un gran impacto en nuestra salud mental y emocional, debido a que los cambios neurológicos obtenidos como una consecuencia de ello, estimulan en mayor medida la actividad cerebral de una persona, en comparación con quienes no lo reciben.
En este sentido, celebrar un logro no sólo nos puede impulsar a mayores acciones, sino que además refuerza el comportamiento, la estrategia y el mismo resultado al momento de repetir una acción. Celebrar un logro es parte de la perspectiva de una “recompensa” que funciona tanto en la vida personal, como en lo profesional.
Por lo cual, a partir del la visión y el sentido de progreso que necesitamos por todo lo dicho anteriormente, debemos convertirnos en nuestros propios fans, en admiradores profundos y religiosos de todo aquello que hacemos bien, festejar y poner en valor eso en lo que hemos hecho inversión de tiempo dinero y esfuerzo.
Así pues, no esperemos a que otros deban reconocer y festejar lo que hemos logrado, para experimentar la plenitud y la sensación de empoderamiento personal y reconozcamos que al final de cuentas, es nuestra la responsabilidad de encontrar la mejor versión de nosotros mismos a través de lo que hacemos.
Y tu ¿Festejas permanentemente tus logros? ¿Sabes cómo premiarte a ti mismo a partir de ello?
Compárteme tus respuestas, como siempre me dará mucho gusto estar en comunicación contigo.
Víctor G. López. Coach Ejecutivo Profesional. Máster en Dirección de Recursos Humanos.
Cuando estamos educados en la diciplina de que siempre hay que dar lo mejor, en base a culparse de los malos resultados, dificilmente se es reconocido los logros obtenidos, o bien temes herir a personas que tienes cerca. Pero es muy necesario echarse porras a si mismo.
Gracias por su articulo Victor.
Hola Pablo, me da mucho gusto recibir tu comentario y coicido contigo en que debemos ser los «primeros porristas» de nosotros mismos, creo que nos han inculcado una humildad mal entendida que hace muchas veces que decidamos permanecer agazapados cuando hemos hecho bien algo, dejando de disfrutar el gran logro obtenido. Te mando un abrazo y exitoso día.
Victor G. López